El capítulo realmente fu intenso. Con misterios que se
profundizan e historias que se agudizan bajo la corrupción policial y
empresarial de la ciudad. Intereses compartidos se confabulan para que nuestros
detectives se inmiscuyan en un caso que tiene como denominador común la oscuridad.
Prostitución, drogas y tráfico son
algunos de los elementos que se ponen sobre la mesa.
El detective Ray Velcoro, agudiza sus problemas personales y
la potestad sobre su hijo está en juego. Sin embargo, su pasado lo persigue y
no le permite despagar de sus vicios, que de a poco van venciendo la poca
honestidad que le queda. La intensidad del final, muestra una apremiante
situación que el detective no puede manejar y un disparo, que parece ser
contundente lo deja fuera de juego ¿Será el fin para Farrel?, ¿Será un nuevo punto de partida? Son algunos
de los interrogantes que se abren.
Por otro lado, Fran Semyon nuestro empresario mafioso, se
entera que toda su fortuna está en riesgo, luego de que su socio muriera. Su
furia y su cólera lo disponen a todo para volver a conseguir lo que perdió.
Incluso decidido a esto, está dispuesto a amenazar y amedrentar a quienes sea
necesario. Su lazo con Velcoro, le permite divisar los hechos de una forma
única, siguiendo pistas propias y de la mismísima policía que pueden no
terminar del todo bien.
En tanto, la Sheriff Ani Bezzerides y el agente Paul Woodrogh
costean problemas personales y nos muestran un pasado lleno de oscuridad y
descontento. Ambos sufren traumas de la infancia que no les permiten seguir
avanzando en sus relaciones personales, canalizando en sus investigaciones
todas esas frustraciones de su pasado.
Dispuestas así las cosas, el panorama del siguiente capítulo
es prometedor y realmente intrigante ¿Saldrá ileso Velcoro? ¿Cuál es la
profundidad de esta gran red del crimen que apenas estamos descubriendo? ¿Cuán
profunda es la oscuridad en los protagonistas?
Desde @Adictos_EnSerie compartimos los adelanto del próximo
episodio.
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